No fue fácil al tratarse de una calle muy ancha, y con arboles frondosos. Sin embargo, la pericia de nuestra delegación hizo posible una decoración muy aparente, que agradó mucho a Lucía, que se mostró feliz en todo momento.
Para agradecer el esfuerzo de todos los asistentes, Lucía ofreció un refrigerio, que fue del gusto de todos los presentes, que sirvió una vez mas, para entrar en calor y reponer fuerzas.
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