Todo esperábamos ansiosos el transporte habilitado por el artista fallero, en el que se hallaban todos los elementos de nuestra falla mayor, que iban a unirse al ninot recogido de la exposición.
Con la ayuda de parte de la comisión poco a poco la composición fue tomando forma, hasta quedar conformada según la visión del artista. Los trabajos de colocación de arena y grava para embellecer el suelo de la falla, además de lastrarla para evitar movimientos, fueron sucediéndose con normalidad, y con la colaboración de muchos de los presentes.
Tras varias horas de arduo trabajo, se finalizó la tarea, eso si, con la alegría de los presentes que ya empezaban a entonarse al ritmo de la orquesta Vértigo, que ya empezaba a sonar.